Pasa el tiempo y yo me disocio.
Lo que ayer sentía hoy se esfuma,
se calienta bajo las brasas.
Ahora mis manos se expanden, buscan tu cara.
Quiero arañarte el corazón, hacerlo pedazos.
Quiero que llores el triple que yo,
aun sabiendo que los mares en los que nadaba no tenían fondo.
El odio me ha cubierto por completo,
es imposible no seguir pensando en ti,
es imposible porque si dejo de hacerlo siento que lo olvido.
Y si lo olvido siento que te perdono.
Y si te perdono siento que nunca me dolió.
Y si nunca me dolió tú saldrías impune.
Encerrarte en mis costillas,
observarte agonizar,
llorar,
morir de hambre,
vomitar tu alma.
Mirar desde fuera como se desvanece tu vida.
Así justo como yo lo notaba.
Sin embargo,
es algo que no pienso todos los días,
hay veces que no recuerdo las grietas,
ni los gritos.
Hay veces que me abrazan y respiro tranquila.
Pero vuelves a aparecer,
porque el dolor te engrandece.