Universos infinitos.

Eres un peligro inminente.

Así como cuando sabes que te van a hacer daño

pero besas primero.

No lo digo yo, 

lo dicen las malas lenguas.

Que juegas al escondite con las personas que buscan en ti algo pequeño.

De esas cosas que da miedo tocar por si se rompen.

Y es que me da igual si eres como tirarse de un puente sin cuerda

o como apostar por el último caballo.

Yo iría a buscarte aunque estuvieses contando del uno al cien.

Eres un peligro inminente. 

Así como cuando cruzas en rojo 

y hay cien coches pasando.

Ya te lo dije, si me centrase en algo no sé si lo conseguiría.

Pero centrarme en ti lo hago como ningún otro.

No me importa donde poses la mirada,

yo voy a chasquearte los dedos para que me veas.

Tampoco me importa si te asusta pensar mi,

de forma diferente, me refiero.

Lo que mata crea adicción.

Y mírate, tirándome por la borda a la primera de cambio.

Yo que sé, 

llámame X.

O llámame, mejor, con la intención de quedarte.

Al menos un rato.