El otro día fui a verte,
como estos años atrás.
Tu pequeño hueco me reconfortaba,
no estabas ahí y sin embargo pesabas en mi.
Tu pequeño hueco me llenaba,
tu maceta con flores blancas,
tu foto redonda y borrosa,
en fin,
lo único que nos quedaba.
El otro día fui a verte,
como hago siempre desde hace once años.
La pena es que justo ese día no estabas.
Y no vas a estar.
Es un horror porque no sé como buscarte,
no sé que hacer para encontrarte.
Eras como una pequeña muesca en mi alma,
que hacía contrapeso con las demás perdidas.
Eras como una pequeña muesca en mi alma que equilibraba los recuerdos.
Solo ahora, después de notar tu ausencia otro año más,
es cuando más te echo de menos.
Me horroriza que mi última imagen tuya sean tus labios rojos brillantes.
Me horroriza que me faltes.
Y eso sigo sintiéndolo once años después.
El otro día fui a verte,
como estos años atrás.
Y no estabas.
Y no estarás nunca más.
1 comentario:
Fué tú estado de ánimo de aquellos días, que te conocí en este mundo de redes, sin conocerla á ella, sentí un pequeño dolor por irse tan joven.
Tu dolor es esa impotencia de saber que no volverá y que tambien hace que la mantengas viva en tu corazón.
Las palabras no curan, pero te ayudan, te desahogan como en este texto tan lindo que acabas de dedicarle.
También once años que te conozco aquí, grácias por permitir mis "caramelos aquí"
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