No te conozco y ya tengo una canción con tu nombre.
Que horror.
Te veo de lejos y ya te quiero en mi calle.
Escúchala, tiene tus ojos.
Los bosques te copian y se vuelven verde iris.
Y es que dentro de mi cueva hace frio cuando no estás,
y yo me arropo en mi pensando en la canción más vacía.
Que horror.
Es sombra oscura de oscuros rizos,
es claridad clara de lisos mechones.
Y la frente empapada,
y en el valle perdida.
Que horror.
Que miedo me das.
Y eso que aun no estás en mi calle.
1 comentario:
Deseos,
Impancientes
Del inconciente,
Sueños.
Agradable lectura.
Publicar un comentario