Me he arrancado la piel para deshacerme de todo lo que era tuyo,
resulta que he quedado desnuda y endeble.
He borrado tus marcas de mi espalda,
y ahora todo descansa en la papelera.
Ahora, mire donde mire, no estás,
y eso me da paz,
y me intranquiliza.
Porque es como que falta algo...
Será la costumbre de estar triste que me desmarca y me obliga a mutilarme.
Si tan solo hubiera conservado los lunares,
todo sería diferente.
Podría haber seguido mirando las constelaciones sin que me raje por dentro.
Si tan solo hubiera conservado las fotos,
todo sería diferente.
Hubiera seguido enmarcándolas y dibujándolas,
para poder seguir soñando con ellas.
He dejado que los folios se pudran y se quemen dentro del cajón.
Ahora sus bordes no me hieren.
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