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10 de marzo de 2014


Sé que cuesta salir corriendo solo contando con unos pocos reflejos, pero más cuesta quedarse en el sitio esperando alguna respuesta convincente cuando solo una pregunta retórica es lo que te mantiene de pie. Lo único que de verdad cuesta es dejarte caer al vacío. Pero en medio de ese vació la gravedad te hace flotar y olvidarte. Maldita vida, porqué nos has traído hasta este punto. Maldita vida, porqué nos manejas a tu entera manera.
Llora, llora y grita todo lo que puedas. Corre, corre y no mires atrás.
Intentaré que llueva para que disimules mejor la tristeza. Intentaré nublarte las ideas para que miles de rayos arreglen tu corazón roto. Aunque duela, será la solución más rápida para ese gran problema tuyo. No dejes que cualquier loco haga de psicólogo o en el peor de los casos, de psiquiatra. Los cuerdos como tú son los únicos que pueden tirar de la anilla del paracaídas justo antes de caer al suelo. Los locos como yo somos aquellos que preferimos morir sin intentarlo dos veces. Somos los mismos que escriben cosas en las esquinas de los folios para luego dejarlas olvidadas y no leerlas jamás. Pero sobre todo, se nos conoce por ser los más felices de nuestra especie.
El amor te deja así, yo lo sé por experiencia. Pero puedo asegurarte que "así" es como quiero estar. No te lo recomiendo, pero te soy sincera cuando te digo que antes de caer al fondo está la caída, y que si no tienes a nadie para calentar el aire, el descenso se te hace tan frío que congelará cualquier sentimiento que intentes tener al final. 



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial.

Eva Padilla. dijo...

graciaaaaaaaaaaaaaaas:D