Si me preguntas de donde vengo. Yo no lo sé.

Viví tantos años fuera de la órbita de los abrazos y ahora me hacen tanta falta, que ya no sé lo que significa un adiós sin lágrimas. Me dijeron que si caminaba recto y luego giraba a la izquierda, aparecería a la derecha del amor que tanta gente busca. El problema es que yo no quiero buscar, sino que me busquen. Puede que sea porque se me ha olvidado lo que significa encontrar algo esperado y amado, puede que sea también porque me sobran las razones.

Morí tantas veces justo antes de caer al suelo. Me daba un infarto a dos centímetros de ti y por eso le tengo miedo a los espacios cerrados. Por eso y porque no hay nada peor que no poder romper esa mínima distancia. Que es tan corta y tan larga en algunos momentos. Y lo que jode saberlo y aun así seguir haciéndolo. 

Seguí despertando en camas vacías de vida y de susurros. Llenas de suspiros y charcos de agua salada que no sabían sino a ausencia de todo lo que de verdad es importante. Como la mia, por ejemplo.