He estado todo este
tiempo manejando los sentimientos que me llenaban.
Bloqueando los malos
augurios, leyendo las estrellas.
Es curioso, porque el
día que descubrí que lo más correcto era correr sin mapa,
Encontré la salida.
Fue como una
revelación.
Me dije tantas cosas
bonitas que las manos negras salieron volando de mi espalda.
Todo lo que un día me
asfixiaba se convirtió en polvo plateado.
En monedas
trituradas.
Dejé de comprar la
fortuna.
Dejé de pisar mis
huellas.
El orgullo me hizo
fuerte,
Me ha salvado.
Y así es como llegué
a la luna.
Para habitarla
conmigo misma.
Para bajármela si
hacía falta.
Pero luego, descubrí
que con los pies en la tierra se llega más lejos.
Decidí que, aunque
fuera la dueña de la luna, yo podría vivir donde quisiera.
Que no me dejaría
engañar por sus brillos robados.
Por sus cráteres
redondos y perfectos.
Que verla de lejos te
hace soñar mejor.
Controlar tus mareas.
Porque en bajamar no
puedo tirarme de cabeza.
Y ahora solo necesito,
Y no te engaño,
Bucear en mis océanos.
Que las marismas ya me cansaron.
Además,
no hay mayor premio que conseguirse.
1 comentario:
Impresionado, sin palabras...
Autoestima elevada, elevadisima, me alegro.
Felicidades por tanta belleza hecha palabra,no abandones.
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