Cuando anduve por la nieve pensé que no podría aspirar a más.
Que tumbarse y hundirse en el mundo era lo correcto.
Hundirse en lo más alto, pensé.
Me monté en un avión y te me hiciste pequeño.
El crujir de la nieve suena mejor cuando no eres tú quien lo produce.
Porque la nieve está dura,
dura y negra.
Y es imposible hundirse más.
Mientras yo te miro desde arriba.
1 comentario:
El avión aterrizó
Se posó a sus pies
Y ella respiró
No había nieve
Era primavera
Si germinaban colores
Arcoiris
Preciosos ante su mirada
Su sonrisa
Su paz...
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