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23 de octubre de 2020

Últimamente  lloro más de la cuenta. 
Las cosas que tenía miedo de perder se han ido 
y la que era mi calle, está en otro país dentro de mi cabeza.

Ya no habrá más cafés de sorpresa, 
ni viajes improvisados.

No habrá martes de resaca ni jueves de siesta.

Lo que más miedo me daba de haber ido era tener que volver.
No quería perderlos,
tenía la sensación que incluso estar en silencio era un buen plan.

Lo echaba de menos antes de haberme ido.

Cumplí mi sueño.
Viajar e ir tachando paises del mapa.

Era tan feliz que temía perderlo todo en el viaje de vuelta.
Y así fue.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Tristeza pasajera como la vida
El camino es tan largo como corto
Camina en los dos
Si mirar atrás.