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24 de enero de 2023

 No me reconozco.
Todo lo que antes poseía se esfumó hace ya unos años.
Solía escribir,
me inventaba ser amada,
me inventaba amar.

Construía historias para tranquilizar mi cerebro.
Por las noches me acostaba tarde componiendo mi alma de nuevo,
día tras día,
creando lo que yo suponía que era la felicidad.

No me reconozco porque,
ahora que no necesito hacerlo,
es cuando menos me abro,
cuando menos me deshago entre renglones.

Me hace escribir la rabia,
la tristeza.
Pero, ¿qué hay de la felicidad?
Con ella no puedo decirte que por fin me perdoné.
Con ella no puedo decirte lo que me ocurre.

Quien calla otorga.
Y a mi me arde la verdad más certera,
la noto en la garganta cuando pienso en ciertas cosas.
Quien calla otorga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si no inventa ser amada
Si no inventa que ama
Es que ahora es amada y ama.

Y si eso no es felicidad
¿donde está ella? La felicidad.


Para no escribir, sigo encontrado bellos tus textos, éste lo es.

Anónimo dijo...

Infinita paciencia