Cuando cierro los ojos,
dejo que te metas en mi cabeza.
Dejo que envuelvas cada neurona con las manos
y aprietes hasta que aflore todo lo que tejo en ellas.
Intento no tocarte por temor a que te esfumes,
me he convencido de que eres tan frágil que solo con pensarte te me escapas.
Me he grabado a fuego que tengo que quedarme tumbada en la cama mientras se va calentando tu hueco,
mientras lo aliso con los dedos para que ningún guisante te haga levantar.
Procuro que, con todo esto, me duela menos la ausencia.
Porque nunca supe lo que faltaba hasta que te miré a los ojos.
Quedaba un hueco en mi pecho,
el espacio que, mientras lloraba, se iba agrandando,
no fue más que gas expandiéndose y explotando en mis costillas.
El espacio que, mientras no te veía,
pedía encajar contigo.
Estoy escuchando canciones que te gustan para convertirme en una de ellas.
Para intentar comprender el motivo por el que ahora soy yo la que está esperándote.
Después de decirte que te fueras.
1 comentario:
Es lo efimero del amor
Mas duradero
Menos duradero
Como la vida
Vida que no vuelve
Amor que renace
Nuevos amores
Efimeros todos
El amor
Ay el amor!
Que cuando dura
En cariño se tranforma
Ves?
Efimero es.
Un texto inmensamente acogedor y precioso, el tuyo.
Publicar un comentario