Me estas mintiendo,
siempre te has sentado a mi lado y me cuesta entender porque nunca te cogí la mano antes.
Por qué entre copa y copa me apetece besarte y comerte los miedos de entre los dedos
para encajar en tu pasado e incluirme en los momentos felices.
Me mirabas desde lejos y yo siempre tuve ojos para el otro,
fijo mis ojos, aunque sea tarde, en los tuyos,
y me arrepiento de no haberlo hecho antes.
Tú entendiste antes que él que valorarme era algo sobre hechos y llamadas en la lejanía,
y ahora sobre mi pecho no creo poder aguantar más felicidad.
Te veo las intenciones,
quieres inmiscuirte en mis planes y luego volar sobre ellos para extenderlos hacia el horizonte.
El que avisa no es traidor,
y estás viniendo desde allí para cogerme de la mano y saltar al vacío.
Y aquí estoy yo, confundiendo sentimientos mientras le sonrío a tus palabras,
me has hecho quererme después de desenamorarme de mi,
has hecho una mansión de mi autoestima y le has puesto luces de colores a la entrada.
Para así no perderte al entrar.
Me estás mintiendo porque nunca imaginé tener algo al lado que no pudiese ver desde cerca,
me mientes cada vez que sonríes y me dices que has estado ahí mucho tiempo.
Pero al menos no te has perdido al entrar.
1 comentario:
Me ha costado entender este texto y constato que es magnífico.
Publicar un comentario