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10 de abril de 2022

Hace poco descubrí que uno de mis anillos no era de plata,
ennegreció los alrededores.
Lo intenté limpiar con una de estas toallitas y solo lo empeoró más.
Intenté cubrir el error y solo lo empeoró más.

Pero lo curioso es que lo sigo llevando,
lo alejo del agua y obvio que tengo los dedos negros.
Cada vez tiene más vetas amarillas.

No paro de mirar el sello del 925 y me da rabia haber comprado un anillo de plata
y que resultase ser falso.

¿Comprendes?

Pero lo curioso es que lo sigo llevando. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Agarrarse a los recuerdos?
Precioso.