Agotó las ganas que le quedaban de serlo,
ser una de tantas que dicen hola con la mano
y se da la vuelta esperando que le miren el culo al irse.
Se dio cuenta de que quien la quisiera le miraría a los ojos,
esperando que volviese lo antes posible.
No quiso volverse invisible y se convirtió en heroína de las cosas ordinarias.
No notaba las miradas en su nunca,
los insultos en su espalda
y los te quiero entre dientes.
Decidió ser libre y romper las rejas que la separaban de lo mundano.
Le costó tanto ser normal que nadie se lo creía excepto ella.
Para si misma era feliz:
Si quería gritar, gritaba.
Si quería besar, besaba.
Y si no, se sentía libre para decirlo.
Aunque muchos no lo aceptasen,
ella era una de esas que se quería mucho y bien,
para sus adentros, me refiero.
No buscaba nada en especial,
solo que alguien le mirase los ojos al irse.
Esperando que volviese lo antes posible.
1 comentario:
Explendido, con muchisima fuerza.
Pequeño y grande.
Felicidades.
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