Vivir.

Son increíbles estas ganas que tengo de vivir con Él.

No me refiero a compartir casa, vajilla, colchón...

Yo a lo que me refiero es a encontrármelo por la mañana, 

ver ciudades,

saltar en un concierto.

De vivir, a eso me refiero cuando digo VIVIR.

De aprender a cocinar nuestro plato favorito,

de descubrir rincones perdidos que no salen en los mapas,

de apuntar en un cuaderno los planes que nos quedan por hacer.

De cumplir nuestros sueños.

A eso me refiero cuando digo VIVIR.

Yo sé que el verbo acaba muy pronto

pero es verdad que el infinitivo no marca el cuanto ni el cuando.

No marca la fecha.

Yo me dejo guiar por el gerundio, todos los días viviendo, 

todos mis días con Él..

Hasta que la propia palabra nos termine.

Hasta que nosotros mismos nos hayamos agotado.

Vivir porque no me parece manera más bonita de estar con alguien que no sea de esa forma.

Viviendo junto a Él.

No sé el dónde y te juro que no me he parado a pensar el cómo. 

Solo sé con quien. 

Con quién sí lo haría.

Y joder... Hacerlo bien.

Porque vivir me parece algo muy bonito como para desperdiciarlo o estropearlo con cosas que ni me imagino porque no quiero pensar.

A eso me refiero.